-Buenos días mi Primero, otra mañana de
paseo – Dijo el Soldado Ramiro Suarez a Juan José Rupérez su Cabo Primero.
-Cualquier cosa es mejor Suarez que
quedarnos en el Destacamento un día entero viendo pasar las nubes- Respondió
Rupérez. Y ambos se metieron dentro del
Nissan Patrol, que era su vehículo y compañero de fatigas, en todas las
misiones de patrulla en la
Serbo-Bosnia en aquel año 1996.
El
vehículo salió del Destacamento de Duzi y se dirigió por la carretera para
realizar la ruta de Duzi- Drazin Do- Trebinje.
La misión era sencilla, dejarse ver, verificar que en la ruta no había
existencia de check points ilegales, e informar de cuantas cosas se
acontecieran durante las 8 horas de patrulla, para que los informes de
inteligencia fueran lo más precisos posibles.
Suarez
era un Soldado veterano y era buen conductor, conocía bastante bien “su Nissan”,
era concienzudo y meticuloso con su moderno corcel. Como buen soldado de Caballería, sabía que el
mantenimiento de su medio de transporte, era vital para el desempeño de
cualquier misión, y por eso, su vehículo nunca fue de los que se quedó tirado,
de los que nunca dio fallos achacables a la negligencia o pasividad. Como buen jinete, sabía que su montura debía
estar preparada para cualquier misión, y por ello, por sentir muy suyo aquel
vehículo, lo trataba con el respeto que se merecía.